¿Qué es una secta?
¿Qué caracteriza a una secta? Aunque no existe una regla de oro para identificar un grupo sectario, hay algunas características que nos pueden ayudar. Una idea esencial es que no es su doctrina o sus creencias lo que definen a una secta, sino su funcionamiento interno. No importa tanto en lo que creen, sino en cómo se comportan. Un rasgo habitual es la falta de libertad de sus miembros: la sumisión. Otro rasgo es la desconfianza: mientras que las religiones acogen al prójimo, las sectas sienten desconfianza hacia el otro.
Características de una secta
El psiquiatra Robert Jay Lifton propuso ocho criterios que caracterizan a los grupos sectarios:
Control del entorno.
El grupo ejerce control sobre el individuo: dónde y cómo vive, con quién se relaciona, etc. En ocasiones, el grupo interpone distancia geográfica entre el individuo para que quede aislado de su familia.
Manipulación mística.
El líder o gurú ejerce una dominación carismática sobre los miembros del grupo. Se le considera una persona con unas cualidades extraordinarias y, por eso, el adepto le debe fidelidad, admiración y obediencia. Se ha de vivir de acuerdo y conforme a sus directrices para lograr la salvación o curación. Es el modelo al que el adepto ha de parecerse, a veces adoptando sus modales, su forma de vestir o de hablar.
Exigencia de pureza.
Al adepto que ingresa en el grupo se le transmite que es un ser impuro y que, solamente viviendo conforme a la doctrina, logrará un día la curación o la salvación. En cambio, si no es obediente y fiel, al adepto se le convence de que será infeliz o nunca se curará. El adepto puede sentir subidones de alegría cuando el líder o el grupo le hacen sentir bueno o aceptado. En cambio, sentirá gran culpa y vergüenza cada vez que no cumpla con las exigencias del grupo. Y como las exigencias no cesan, el adepto nunca llegará a ser lo suficientemente puro, de forma que vive sumido en una gran inestabilidad emocional.
Culto a la confesión.
El grupo prevalece siempre sobre el individuo. El adepto ha de sacrificar sus propios deseos en pos de los intereses del grupo. Esto impide que puede tomar decisiones individuales, generando una relación de dependencia y sumisión. Y no hay salida. Jamás existe una razón legítima para abandonar el grupo. A los que se marchan les auguran un futuro terrible y se les trata de traidores.
Sacralización de la ciencia.
Especialmente en las sectas psicoterapéuticas, el líder o gurú se apoya en supuestas verdades y conocimientos científicos (que la mayoría de las veces son controvertidos, cuando no un batiburrillo de ideas pseudocientíficas) para dar credibilidad a su doctrina. Cuanto más inverificable sean estas supuestas verdades científicas, mejor. La doctrina debe ser aceptada, no comprendida. Su poder proviene de afirmar que hay unas pocas verdades que lo abarcan y lo explican todo.
La carga del lenguaje.
El grupo dispone de su propio lenguaje, con numerosos términos propios, que solo los miembros comprenden. Esta jerga sirve, entre otras cosas, para simplificar la comprensión de la realidad. Cualquier problema que le surja a un adepto se podrá tratar recurriendo a un reducido número de conceptos. Siempre hay una frase hecha o un lema al cual se pueden reducir las preguntas más difíciles y complejas. No hay pregunta para la que el líder o el grupo no tengan una respuesta.
El dogma sobre la persona.
Cuando se presenta un conflicto entre la doctrina oficial y lo que un individuo siente o experimenta, siempre debe prevalecer la doctrina, aún a costa de someter la propia razón. Cualquier incongruencia que se detecte se atribuirá a las imperfecciones del sujeto y a su falta de fe o virtudes, y no a la doctrina. El mero hecho de sentir dudas y percibir que existen contradicciones entre lo que las cosas deberían ser y en realidad son, se interpreta como una falta de pureza.
Dispensación de la existencia.
Dicotomía en el mundo entre los buenos y los malos, los que están dentro y los que están fuera, los elegidos y los no elegidos, los fieles y los infieles. A los miembros de la secta se les hace sentir que forman parte de un cuerpo de élite. Esta fuente de narcisismo, hace sentir al miembro como alguien especial, que participa de los actos más importantes de la historia de la humanidad. Esta convicción mantiene a los adeptos ilusionados y dispuestos a sacrificarse por el grupo. A la vez, se demoniza a lo que es diferente al grupo. Siempre existe un malo, que canaliza y aúna todos los vicios que el grupo critica la vez, se demoniza a lo que es diferente al grupo. Siempre existe un malo, que canaliza y aúna todos los vicios que el grupo critica.
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